Myk De Bergerac

Saturday, May 12, 2007


Qué extraño se siente el saber que aquello que creías verdadero, que sentías y olías tan tuyo, hoy te resulta tan ajeno, así como lo resulta ser un sueño perfecto de amor….

Qué triste se torna el darte cuenta, que el aroma que adorabas y que aun adoras; esa esencia que te recordaba a ella, esa misma que ella en su afán de poseerte aun en su ausencia, solía dejar en tu almohada y en tus sabanas, cada vez que dejaba tu cama, era tan solo tu propio aroma, que recorría el aire cada vez que pensabas en ella, cada vez que con la mirada perdida en la pared, pincelabas su silueta con el pensamiento latente que dejaban sus caricias y su cabeza en tu regazo al abrazarte….

Era lógico y a la vez mágico pensar que era su amor que recorría tus sentidos, disfrazado magistralmente de una dulzura inconmensurable y un toque de fragante inocencia. Pero lo frustrante de todo ello, es darte cuenta que lo único que sentías que aun no te abandonaba después de su fugaz partida, era eso…. precisamente ese aroma. Y cuando logras la lucidez y la cordura de darte cuenta que ese aroma es tan solo un antojadizo capricho de tu recuerdo y de tu subconsciente, sabes por primera vez que ya de ella no te queda nada….que tus manos se sienten frías, que tus labios se vuelven insensibles, que el tiempo pesa, que la soledad y el silencio se intentan hacer tus mejores amigos…. y que lo único que te queda es, tan solo un recuerdo difuso y lejano… recuerdo que lamentablemente para bien o para mal, aun amas….
Pero te juro que no volveré....