Carta nº 1

Sé que te parecen a lo menos extrañas y tal vez sin sentido estas letras, pero en defensa de ellas debo argumentar que como en el peor de los argumentos y a la vez el más puro de ello, estas letras no responden ni a la lógica ni a la razón. Y que son dictadas por el corazón de un loco iluso e idealista y un romántico empedernido en busca de un rayo de luna….

Tal vez sea un vago iluso que en tu mirada encuentra un segundo de descanso y en tu regazo un espacio para cobijarse del frio que el camino lleva consigo.

O tal vez sea simplemente un mendigo, que en tus palabras encuentra el alimento que satisface su hambre y en tus labios halla el néctar que sacia su sed…

Quizá sea sólo un tonto grave que busca en tu figura y en la idealización de tu alma, la fuerza que necesita para poder vivir un día más, del mismo modo en que cada noche la luna le roba su esplendor a la luz de las estrellas….

Un idiota, que le da demasiada importancia a eso que la gente llama amor, buscando cada día protegerlo de aquellos que se jacta en su afán de corromperlo y quitarle toda su gloria…

La verdad no sé si todo lo anterior me define por completo o me juzga injustamente, lo único que sé es que a estas alturas la sabiduría me ha abandonado y lo único que guardo en mi mente es la conformación exacta de tu cuerpo, en mis odios el color de tu voz, en mis ojos tu mirada y en mis labios una extraña sensación de ausencia, que pronto espero llenar…

Me he permitido esta noche, jugar a ser uno de mis peores enemigos, Don Juan y a robarte a perpetuidad el lugar más sagrado de tu cuerpo y ocultarlo ante tus ojos y ante los ojos del resto. Como el más preciado de mis tesoros, como el más idílico de mis sueños, como los sueños de un loco idiota como yo…

Bergerac 7 Marzo 1640